Último día del Novenario

Ayer martes concluyó el Solemne Novenario a Nuestra Señora de Gracia previo a su Coronación Canónica. Presidió la Santa Misa el joven Sacerdote Don David Flores Flores, Vicario Parroquial de la Iglesia de Santiago de Coria y Párroco de las Iglesias de Nuestra Señora de la Asunción de Pescueza y de San Sebastián de Cachorrilla. Su homilía fue brillante, versando en el tema central de Santa María como Espejo de la Fe, con numerosas alusiones a Santos Padres y Doctores. La conclusión fue hermosísima: Ella en el Cielo por nosotros, nosotros en la tierra por Ella.

Durante todo el día estuvo expuesta en el lado de la Epístola del presbiterio la Santísima Virgen en besamanos, luciendo en estreno el terno donado por Esteban Limón Machado e Inmaculada Alegre Mir, consistente en manto y ceñidor en damasco de seda rojo y oro, con motivos florales y vegetales en gran tamaño y corpiño y saya en satén hueso, el tocado estaba ejecutado con una mantilla valenciana de blonda, de los mismos donantes. Sobretoca de encaje de hilo de oro con adorno en perlas. La venerada Imagn lucía sin su halo de doce estrellas, por ser el último día en que era vista antes de su Coronación.

De la misma manera y durante todo el día tuvo lugar la venta de las flores que lucirá la Santísima Virgen en su paso en el Día Grande. Éstas fueron entregadas por el pueblo fiel en la Santa Misa durante el Ofertorio entre cánticos marianos. Con motivo del besamanos y la ofrenda la Iglesia permaneció ayer abierta durante todo el día ininterrumpidamente, siendo impresionante el número de devotos que asistieron a él. La Real Cofradía de Nuestra Señora la Santísima Virgen de la Montaña envió un ramo de flores que fue depositado a los pies de la venerada Imagen. De este modo la Cofradía de la primera Advocación Coronada en nuestra Diócesis y Patrona de Cáceres, homenajeaba a la última que hasta ahora se ve coronada.

Hoy está siendo un día de preparativos para que mañana, cuando se abran las puertas de la Iglesia, todo esté radiante para que nuestra Santa Patrona se luzca, para que reciba el amor de sus fieles hijos y se vea, finalmente, coronada la Fe de un Pueblo.