La indiscutible y única protagonista de la Solemne Coronación Canónica ha sido nuestra Celestial Patrona, la Santísima Virgen de Gracia Coronada, sobre cuyas sienes divinas se ciñó la Corona que materializa el amor, la piedad y la devoción que los membrilleros sienten por Ella. Como se dijo en su día el diseño de la misma es del artista Clemente Rivas y ha sido cincelada en los prestigiosos Talleres Gradit, de Lucena (Córdoba), población conocida en el mundo del arte religioso, por su tradición orfebre secular. Este taller fue fundada a mitad del pasado siglo y se ha ganado con creces una acreditada reputación por haber salido de ella piezas importantes del patrimonio artístico de relevantes Iglesias y Cofradías andaluzas fundamentalmente y del resto de la geografía nacional. Éste es un valor añadido para la Corona de Santa María de Gracia, que ha entrado a formar parte del patrimonio de nuestra Parroquia, así como el halo de estrellas que la Santísima Virgen ha estrenado en su Solemne Novenario, también de la misma autoría.
La corona es de plata maciza y oro, habiendo salido buena parte de estos metales preciosos de las donaciones hechas por los fieles devotos de Nuestra Señora de Gracia Coronada. Se trata de una obra de estilo neobarroco, con diadema gallonada y ovada, la cual sostiene un canasto de importantes dimensiones, profusamente decorada con rocallas, y cuatro angelotes que sostienen cada uno una filacteria conteniendo una palabra de la leyenda "Ave Maria Gratia Plena". En el centro se dispone el escudo de la Villa en oro donado por el Ayuntamiento de Membrío. El canasto se corona con ocho florones rematados el llamas, de los que salen idéntico número de imperiales muy elevados, los cuales se abren formando un capitel del que nace un cogollo que sostiene el orbe, superado por una cruz flordelisada, cantonada de ondas, y en el interior de las mismas pende una cruz de oro. Todo el conjunto lo enmarca un resplandor con profusión de acantos y grandes ovas bandadas, del que nacen airosas ráfagas que escoltan las doce estrellas marianas sustentadas en ondas y rematada por una cruz de Jerusalem, encerrada en un óvalo radiante.
Toda la corona se encuentra ricamente engastada por el frente y el reverso con las gemas y perlas que los fieles devotos han donado para este fin. Aquellas piezas que no se han utilizado para la corona han pasado al ajuar de la Santísima Virgen de Gracia Coronada y las lucirá en diversas ocasiones.
La consigna de la corona se hizo en la sevillana Basílica del Patrocinio, ante el Santísimo Cristo de la Expiración, conocido popularmente como el Cachorro, lugar emblemático de Triana, escogido especialmente para la ocasión, donde José María Gradit hizo entrega de la misma a nuestro Párroco Don Miguel Ángel Álvarez.
Al igual que cuando los Franciscanos Capuchinos comenzaron en el siglo XVII a recoger joyas para fundirlas y hacer coronas que ornaran las imágenes de María Santísima en Roma como signo de penitencia, desprendimiento y amor mariano, origen del Rito de la Coronación Canónica, la corona de nuestra Patrona se ha hecho con las aportaciones en joyas o materiales de sus devotos. Pero, por encima del valor material o artístico que pueda tener al que hay que añadir el histórico de haber ceñido las sienes de la Santísima Virgen de Gracia Coronada en su Gran Día, es necesario ver que ésta es una pieza realizada con el amor, la piedad y la devoción de un pueblo de apenas ochocientos habitantes que se ha volcado con su Celestial Patrona en unos días que ya han quedado impresos en la memoria de cada uno y que pasarán a formar parte de la memoria colectiva de esta marianísima Villa de Membrío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario