miércoles, 7 de agosto de 2013

Segundo Día de Novenario


Ayer martes tuvo lugar el segundo día del Solemne Novenario a Nuestra Señora de Gracia, previo a su Coronación Canónica. Nuevamente los fieles llenaban el Templo Parroquial para honrar a nuestra Madre Santísima. Presidió la Santa Misa Don Florentino Muñoz y Muñoz, Vicario Episcopal, Canónigo Doctoral de la Santa Iglesia Concatedral de Santa María de Cáceres y Profesor Emérito de Teología Dogmática del Seminario Diocesano y del Instituto Teológico Santa María de Guadalupe de la Pontificia Universidad de Salamanca, a quien acompañó Don Francisco Pérez Ciborro, Canónigo Sochantre de la misma Santa Iglesia Concatedral. La homilía fue, al mismo tiempo, doctísima y conmovedora, resaltando el papel fundamental de María Santísima en la Historia de la Salvación y como Fuente de la Gracia, haciendo hincapié en su figura como espejo donde vivir las virtudes teologales de la Fe, la Esperanza y la Caridad.
Continuando con los estrenos para el novenario, hay que destacar que, a los pies del presbiterio, se ha dispuesto una tarima elevada realizada en madera y forrada en moqueta azul ultramar, sobre la que se habían dispuesto el Altar y la Sede. Flanqueando el retablo mayor, dos reposteros de terciopelo azul, en cuyo centro destacaba el gran avemaría de oro timbrado de corona real en oro de gran realce, sobre dos semiguirnaldas vegetales de aplicaciones en hilo de oro, y cantonadas de flores de lis y hojas de acanto del mismo material, todo ello enmarcado en agremán ancho de oro. Dos Ángeles Custodios del siglo XIX, adquiridos en un anticuario, recogían el vuelo de las caídas y el cordón de oro rematado en una bellota del mismo material.
La calle central del retablo, cubriendo el manifestador del camarín de la Virgen, un gran dosel de siete metros de altura, donde dos caídas de terciopelo del mismo azul que el resto del templo, rematadas en cenefa de veneras, enmarcaban una cortina de raso blanco, rematado por un baldó en ondas, con flecos y veneras de oro, en cuyo centro destacaba el avemaría coronado en oro de gran realce, enmarcado en doce estrellas. Sobre el dosel, uno de los grandes estrenos, la inmensa corona en forja, con canasto en el que se alternan gallones y cabujones, rematado en florones trebolados, terminada en pan de oro, obra del gran artista extremeño de fama internacional Miguel Sansón, Medalla de Extremadura, cuyas obras se encuentran en las más prestigiosas colecciones de todo el mundo y una de cuyos principales trabajos es la rejería del acceso al camarín de la Santísima Virgen de Guadalupe. Con ella, la Parroquia de Membrío ha adquirido una pieza única de enorme valor artístico.
Bajo el dosel, en sus andas elevadas, nuestra Patrona lucía esplendorosa el terno donado por Francisca Alfonso y Agustín Santano, con manto y ceñidor en brocado de seda rosa con profuso hilo de oro, rematado en puntilla de este material. El corpiño, la saya y los manguitos eran en terciopelo rosa. La venerada imagen lucía joyas ofrecidas, a lo largo de los años, por las familias de los donantes. En su mano una flor, pues no en vano la llamamos filialmente Flor de las Flores.
María Santísima sigue derramando su Gracia y su Misericordia sobre sus devotos hijos, que ella, Reina humilde y sencilla, nos sirva de ejemplo para hacer siempre la voluntad del Padre Eterno.

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