Esta tarde comenzará, finalmente, el Solemne Novenario previo a la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de Gracia. A las siete de la tarde las puertas del Templo Parroquial se abrirán para que nuestra Madre del Cielo pueda acoger a sus fieles hijos con sus amorosos brazos abiertos y su Inmaculado Corazón preparado para derramar Gracia y Misericordia, tras quince días sin verse.
En estas dos semanas la Parroquia se ha estado preparando con esmerado celo para acoger, con la dignidad que únicamente la Madre de Dios merece, estos intensos días que nos aguardan. Ella es el centro de las miradas, Ella es la única homenajeada, Ella es la indiscutible protagonista, María Santísima, Madre de Gracia y de Misericordia, Madre de Dios Mismo y Madre nuestra.
Nada se dice, nada se desvela de lo que hoy se encontrará en su Casa, de todo el trabajo callado, discreto y abnegado de las Mayordomas, guiadas por nuestro Párroco. Todo será una sorpresa, una emoción que nos debe embargar, como si niños fuéramos, una caricia del cielo... Todo se ha hecho para Ella, detrás de cada detalle, hasta en el más mínimo e inapreciable de ellos, hay el amor de hijas que todo lo dan por su Madre. Que sólo ella se luzca, que sólo ella brille, ella es la Señora coronada de Estrellas, más brillante que el sol mismo.
Que en este novenario, que hoy se inicia con la Santa Misa presidida por Don Luis Vidal Arias Moreno, Membrío se una más que nunca por obra de la Virgen de Gracia y toda la comarca, y toda la Diócesis con María, siempre tras Jesús, indisolublemente unidos por los siglos sin fin.
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